Los datos del Producto Interior Bruto (PIB) permiten al
presidente, al parlamento
y al banco central saber si la economía está contrayéndose o expandiéndose,
si ne
cesita un impulso o debe controlarse algo
y si amenaza una grave recesión o una grave expansión.
Cuando los economistas quieren averiguar el nivel de desarrollo económico de un país,
observan su PIB per capita. Los datos procedentes de la contabilidad
nacional
son como faros que ayudan a las autoridades
económicas a llevar a la economía
por el camino que permiten alcanzar los objetivos del país.
Sin indicadores de los a
gregados económicos como el PIB,
las autoridades económicas se encontrarían a la deriva en un mar de datos desordenados.
Paul Samuelson y William Nordhaus:
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